Evite los errores comunes que frenan el rendimiento hidráulico

Los componentes hidráulicos son decisivos en los equipos de construcción. Para poder realizar sus tareas de forma fiable, los sistemas hidráulicos necesitan una lubricación correcta, pero no todos los fluidos hidráulicos tienen las mismas propiedades.

 

Cuando un aceite hidráulico no rinde según lo previsto, se produce una pérdida de presión del fluido y del flujo volumétrico que desencadena una menor productividad. Los resultados de las pruebas de campo demostraron que usar un aceite hidráulico premium contribuía a mejores ganancias de eficiencia y productividad, de hasta el 7,5 % y el 10,4 % respectivamente, si se compara con un líquido convencional. Los ahorros en energía eléctrica también se cuantificaron y arrojaron aumentos de la eficiencia de hasta el 4,2 %. Claramente, el tipo de aceite seleccionado puede afectar de forma significativa en la fiabilidad general del equipo, para un mejor rendimiento de la máquina.

 

Las máquinas modernas están diseñadas y fabricadas para ofrecer mayores niveles de funcionamiento, lo que supone más presión para los aceites hidráulicos. Deben rendir bajo presiones del sistema más altas, con depósitos de aceite más pequeños y holguras más ajustadas en las válvulas direccionales o servos. Un aceite hidráulico premium mejorará el rendimiento de las máquinas respecto a los líquidos convencionales, ya que ofrece un equilibrio óptimo de aditivos, aceite base y limpieza del líquido para garantizar el máximo rendimiento. Las propiedades como una excelente fluidez a bajas temperaturas, protección frente a la oxidación y corrosión, control de la viscosidad y capacidad para mantener limpios y sin lodos los componentes, y la limpieza del líquido conforme a las especificaciones de los OEM son requisitos fundamentales para que un líquido pueda considerarse de calidad premium.

 

La contaminación por partículas es la principal causa de los fallos relacionados con los lubricantes en los componentes de los equipos. Un recuento de partículas alto puede favorecer la aparición de espuma, lodos y evitar la emulsión del agua en el aceite. Los sistemas hidráulicos modernos funcionan sometidos a presiones y temperaturas más altas, y tolerancias más ajustadas, por eso es fundamental mantener la limpieza del aceite conforme a las pautas de los OEM desde que se comienza a usar el aceite hasta el final de su vida útil, de otra forma no se podrá garantizar un rendimiento máximo.

 

Se han realizado pruebas para averiguar el impacto de usar un aceite hidráulico con niveles de contaminación conforme al código ISO (4406) 23/21/18, representativo del estado de un aceite que suele usarse para llenar y reponer los niveles de los depósitos de aceite.  Tras seguir el protocolo de prueba de bombeo Eaton Vickers 35Q25, el sistema tardó unas 50 horas en alcanzar un nivel de limpieza del aceite aceptable con el aceite circulando por el filtro instalado. La inspección de las piezas internas en la primera secuencia de la prueba reveló signos de desgaste en los álabes y las placas laterales. Este tipo de desgaste acelerado es común si no se cumplen los niveles recomendados por el código ISO debido al mayor contenido de partículas abrasivas en el aceite. Estos resultados confirmaron la importancia de empezar con un aceite que cumpla las especificaciones de limpieza de los OEM para evitar daños en los componentes críticos del sistema hidráulico, incluidos los mandos servos, las válvulas direccionales, las mangueras y las piezas de la bomba.

 

Para maximizar el rendimiento de un sistema de aceite hidráulico es importante seleccionar  para el primer uso un aceite con una mezcla de aceite base premium y aditivos, conforme a las especificaciones de limpieza ISO recomendadas.  Evite los errores comunes de seleccionar el aceite más barato y de ignorar las especificaciones de limpieza del líquido. La combinación de "premium" y "limpio" tendrá un impacto positivo en sus operaciones y en sus resultados financieros.

Jason Gerig
Acerca del autor: Jason es actualmente el gestor de negocios ISOCLEAN de América para Chevron Lubricants, a cargo de implantar un modelo de negocio líder del sector para la obtención de lubricantes limpios certificados. Tiene 23 años de experiencia en el sector de los lubricantes y combustibles, y a lo largo de su trayectoria profesional ha ocupado varios puestos en departamentos de gestión de operaciones, marketing y ventas, siempre centrado en la fiabilidad de los equipos gracias al uso de lubricantes limpios certificados. Cursó marketing empresarial en la universidad de Wyoming y la Society of Tribologists and Lubricant Engineers le ha distinguido como analista de control del aceite y especialista en lubricantes certificado.

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