¿Emulsionar o no emulsionar? En el caso de los aceites hidráulicos, esa es la cuestión.
Los clientes de los sectores de la construcción, agricultura e incluso marítimo suelen encontrarse ante la duda de si deberían usar lubricantes con propiedades de emulsionantes o no emulsionantes en sus sistemas hidráulicos. La respuesta, como con muchos temas de la lubricación, es relativa: todo depende de la aplicación, del entorno de funcionamiento y de las recomendaciones de los OEM.
En primer lugar, aclaremos los conceptos. Un aceite emulsionante contiene aditivos que ayudan a formar una película estable entre las moléculas de aceite y agua. Por el contrario, un aceite no emulsionante propicia la separación del agua y del aceite, que suele dar como resultado la aparición de dos capas debido a la mayor densidad del agua. (Todos hemos oído la expresión "como el agua y el aceite", para describir elementos que no se mezclan).
El agua entra en los sistemas hidráulicos principalmente por la condensación resultante de los cambios de temperatura. Un componente de un equipo que ha estado funcionando a altas temperaturas durante el día se enfriará cuando se apague, por lo que transpirará humedad cuando el aire se enfríe. Ante la falta de suficiente calor, la humedad no se vaporiza, por lo que se condensa en el depósito de aceite.
En algunas aplicaciones, un aceite emulsionante tiene algunas ventajas. Puede evitar que el agua se estanque en el fondo del depósito, donde podría congelarse, propiciar el crecimiento bacteriano, obstruir un filtro o causar óxido. Un aceite emulsionante protege frente al óxido al reducir el contacto entre el agua y las piezas metálicas. Por otra parte, puede tener un efecto adverso en el rendimiento del aceite, ya que aparecerán lodos y quedará vulnerable al recalentamiento. El agua es también un catalizador para la oxidación, lo que puede acelerar el deterioro del aceite.
Los líquidos para los sistemas hidráulicos de los tractores suelen contener agentes dispersantes que transportan los contaminantes hasta los filtros del sistema para desde allí eliminarse. Estos aditivos dispersantes son emulsionantes. Los equipos industriales, con depósitos de aceite más grandes y un mecanismo para drenar el agua, suelen admitir mejor los lubricantes no emulsionantes.
Si realiza su actividad en un entorno seco, el agua no debería ocasionar muchos problemas. Ahora bien, si su equipo está expuesto a la humedad, tendrá que abordar el riesgo de contaminación del agua. Si el nivel de agua en el aceite es del 0,05 % o más, se recomienda cambiar el aceite. Por lo general, el agua se puede separar en 600 ppm y ocasionar daños en los equipos.
En lo posible, lo interesante es disponer de medios para eliminar el agua de los sistemas hidráulicos. Si tiene los mecanismos para drenarla desde el fondo de un depósito, como una válvula de grifo, entonces un aceite no emulsionante podría servirle mejor. Otros métodos para eliminar el agua podrían incluir el uso de centrífugas, filtros absorbentes y coalescentes, y deshidratadores de vacío.
Si no tiene medios para eliminar el agua, un aceite emulsionante al menos evitará que el agua se acumule en el depósito. Compruebe las recomendaciones de los OEM para su unidad específica.